La Región florística del Cabo se localiza en Sudáfrica. La región cubre el área de clima mediterráneo de la Provincia Occidental del Cabo en la esquina suroeste del país.
En él, podemos encontrar cinco de las doce familias de plantas endémicas y ciento sesenta géneros endémicos del sur de África.
La Región Floral del Cabo, el más pequeño de los seis reinos florales reconocidos del mundo, es un área de extraordinaria alta diversidad y endemismo, y es el hogar de más de 9 000 especies de plantas vasculares, de las cuales 69 por ciento son endémicas. Gran parte de esta diversidad se asocia con el bioma fynbos, un tipo de matorral mediterráneo, propensa a los incendios. El valor económico de los fynbos biodiversidad, basada en las cosechas de productos fynbos y el ecoturismo, se estima que en la región de R77 millones de dólares al año. Por lo tanto, es evidente que la Región Floral del Cabo tiene tanto valor biológico y económico intrínseco como un tesoro de biodiversidad. Es uno de los cinco sistemas de tipo mediterráneo templado en la lista de puntos de acceso, y es uno de los dos únicos puntos de acceso que abarcan todo un reino floral.
El fynbos crece en la zona occidental de la República de Sudáfrica, formando un cinturón de cien a doscientos kilómetros de anchura entre Clanwilliam, en la costa occidental, y Port Elizabet, en la costa sudeste. Forma parte del Reino florístico del Cabo (Cape Floral Kingdom), que posee 8.700 especies, de las que el 69 por ciento son endémicas. El fynbos ocupa la mitad de la superficie de esta región, unos 46.000 km cuadrados, y posee el 80 por ciento de las especies. El fynbos tiene un gran atractivo turístico por su belleza, sobre todo en las zonas donde se conserva en todo su esplendor, pues grandes extensiones del mismo han sido limpiadas para hacer campos de cultivo o por el desarrollo de núcleos urbanos como la ciudad de El Cabo. También han sufrido el ataque de especies invasoras, como algunas acacias australianas y plantaciones de pinos. Muchas especies se han extinguido y se calcula que hay más de mil en peligro de extinción.
Debido a la fertilidad del suelo, la mayor parte del renosterveld ha sido aprovechada para la agricultura. En este ámbito vivían los grandes mamíferos que ahora solo se encuentran en las áreas protegidas. El fynbos propiamente dicho, más montañoso y con una mayor variedad de plantas, pero menos fértil al crecer en suelos pobres, no podía mantener a especies animales de gran tamaño, pero es rico en pájaros, pequeños mamíferos, ranas, reptiles e insectos, muchos de ellos endémicos.
En él, podemos encontrar cinco de las doce familias de plantas endémicas y ciento sesenta géneros endémicos del sur de África.
La Región Floral del Cabo, el más pequeño de los seis reinos florales reconocidos del mundo, es un área de extraordinaria alta diversidad y endemismo, y es el hogar de más de 9 000 especies de plantas vasculares, de las cuales 69 por ciento son endémicas. Gran parte de esta diversidad se asocia con el bioma fynbos, un tipo de matorral mediterráneo, propensa a los incendios. El valor económico de los fynbos biodiversidad, basada en las cosechas de productos fynbos y el ecoturismo, se estima que en la región de R77 millones de dólares al año. Por lo tanto, es evidente que la Región Floral del Cabo tiene tanto valor biológico y económico intrínseco como un tesoro de biodiversidad. Es uno de los cinco sistemas de tipo mediterráneo templado en la lista de puntos de acceso, y es uno de los dos únicos puntos de acceso que abarcan todo un reino floral.
El fynbos crece en la zona occidental de la República de Sudáfrica, formando un cinturón de cien a doscientos kilómetros de anchura entre Clanwilliam, en la costa occidental, y Port Elizabet, en la costa sudeste. Forma parte del Reino florístico del Cabo (Cape Floral Kingdom), que posee 8.700 especies, de las que el 69 por ciento son endémicas. El fynbos ocupa la mitad de la superficie de esta región, unos 46.000 km cuadrados, y posee el 80 por ciento de las especies. El fynbos tiene un gran atractivo turístico por su belleza, sobre todo en las zonas donde se conserva en todo su esplendor, pues grandes extensiones del mismo han sido limpiadas para hacer campos de cultivo o por el desarrollo de núcleos urbanos como la ciudad de El Cabo. También han sufrido el ataque de especies invasoras, como algunas acacias australianas y plantaciones de pinos. Muchas especies se han extinguido y se calcula que hay más de mil en peligro de extinción.
Debido a la fertilidad del suelo, la mayor parte del renosterveld ha sido aprovechada para la agricultura. En este ámbito vivían los grandes mamíferos que ahora solo se encuentran en las áreas protegidas. El fynbos propiamente dicho, más montañoso y con una mayor variedad de plantas, pero menos fértil al crecer en suelos pobres, no podía mantener a especies animales de gran tamaño, pero es rico en pájaros, pequeños mamíferos, ranas, reptiles e insectos, muchos de ellos endémicos.
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